Carlos Pallas Rodríguez | Arquitecto

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Termoarcilla: Qué es, tipos, ventajas y aplicaciones en la construcción eficiente!

La termoarcilla es un bloque cerámico aligerado, fabricado a base de arcilla cocida combinada con materiales con propiedades aislantes, como la perlita o la vermiculita. Esta mezcla da lugar a una masa cerámica que, una vez moldeada y cocida, adquiere una estructura con múltiples perforaciones internas que mejoran significativamente su comportamiento térmico y acústico.

Se trata de un material de construcción innovador, con un formato de mayor tamaño que el ladrillo convencional, pero más ligero. Su diseño permite levantar muros resistentes y, al mismo tiempo, altamente eficientes desde el punto de vista energético. Gracias a su estructura porosa, estos bloques ayudan a mantener estable la temperatura interior de los edificios, reduciendo la necesidad de climatización artificial.

La combinación de su forma, su baja densidad y los materiales utilizados hacen de la termoarcilla una solución idónea para edificaciones sostenibles. Su uso está cada vez más extendido en viviendas unifamiliares, edificios residenciales, centros educativos y oficinas, entre otros.

Composición y características técnicas

Los bloques de termoarcilla están formados principalmente por:

  • Arcilla natural: Base del material, que proporciona resistencia y durabilidad.
  • Aditivos termoaislantes: Como perlita expandida o vermiculita, que mejoran la capacidad de aislamiento.
  • Perforaciones internas: Distribuidas estratégicamente para atrapar el aire y aumentar la eficiencia térmica.

Esta configuración permite crear muros de carga con buen comportamiento estructural, sin necesidad de sistemas adicionales de aislamiento en muchos casos. Además, su baja conductividad térmica favorece el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE) en cuanto a eficiencia energética y habitabilidad.

Tipos de bloques de termoarcilla

La termoarcilla se comercializa en distintos formatos, lo que permite adaptar su uso a diversas necesidades constructivas. Las diferencias entre los bloques suelen radicar en el espesor, el número y forma de las perforaciones, y la resistencia a compresión. Entre los principales tipos se pueden mencionar:

  • Bloques para cerramientos exteriores: De mayor grosor (29 cm o más), ofrecen aislamiento térmico y acústico superior, además de resistencia estructural suficiente para soportar cargas.
  • Bloques para particiones interiores: Más delgados (14 cm), ideales para dividir espacios interiores manteniendo una buena separación térmica y sonora sin ocupar demasiado espacio.
  • Bloques rectificados: Con tolerancias dimensionales muy ajustadas, permiten una colocación más precisa mediante adhesivos especiales en lugar de mortero tradicional, reduciendo puentes térmicos y aumentando la eficiencia energética.
  • Bloques con machihembrado: Incorporan encajes laterales que facilitan el montaje y mejoran la estanqueidad del muro.

Principales ventajas de la termoarcilla

La termoarcilla ofrece una combinación de prestaciones que la convierten en una opción muy competitiva frente a otros sistemas constructivos. Entre sus principales ventajas destacan:

1. Aislamiento térmico y eficiencia energética: Gracias a su estructura porosa y su composición, la termoarcilla actúa como una excelente barrera contra el frío y el calor. Esto permite reducir el consumo de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano, contribuyendo al ahorro energético y a la reducción de emisiones.

2. Buen aislamiento acústico: Los bloques de termoarcilla también aíslan eficazmente del ruido, gracias a su densidad y configuración interna. Esto se traduce en mayor confort en el interior de las viviendas, especialmente en zonas urbanas o ruidosas.

3. Alta resistencia estructural

Pese a su ligereza, los bloques de termoarcilla tienen buena capacidad portante, por lo que son aptos para construir muros de carga en edificios de varias plantas.

4. Facilidad de colocación

El mayor tamaño de los bloques permite avanzar más rápido en la ejecución de obra, reduciendo tiempos de trabajo. Su colocación es sencilla y compatible con sistemas de montaje en seco si se emplean bloques rectificados.

5. Resistencia al fuego y a la humedad

La termoarcilla es incombustible y no se ve afectada por la humedad ambiental, lo que la hace ideal para zonas con climas variables o húmedos. En caso de incendio, actúa como barrera de protección, retardando la propagación del fuego.

6. Sostenibilidad

Es un material ecológico, fabricado con materias primas naturales, y su proceso de cocción consume menos energía que otros productos como el cemento. Además, permite construir edificios con menor impacto ambiental y alto nivel de confort.

¿Termoarcilla o ladrillo tradicional?

La elección entre termoarcilla y ladrillo convencional depende en gran medida de las exigencias específicas del proyecto, tanto desde el punto de vista estructural como energético. El ladrillo tradicional destaca por su gran resistencia y durabilidad, lo que lo convierte en una solución fiable para elementos portantes como muros de carga o estructuras de soporte. Sin embargo, este tipo de ladrillo presenta limitaciones en cuanto al aislamiento térmico, lo que puede generar pérdidas energéticas y mayores necesidades de climatización en la edificación.

Por su parte, la termoarcilla está especialmente diseñada para mejorar las condiciones de habitabilidad, al ofrecer un alto nivel de aislamiento térmico y, en muchos casos, también un buen comportamiento acústico. Gracias a su porosidad y composición, contribuye a mantener una temperatura interior estable y a reducir el consumo energético del edificio, lo que se traduce en una mayor eficiencia energética y confort para los usuarios. Esta característica la hace especialmente adecuada para cerramientos exteriores o divisiones interiores en viviendas donde el confort térmico sea prioritario.

En la práctica constructiva, es habitual combinar ambos materiales para aprovechar sus respectivas cualidades. Así, el ladrillo convencional puede reservarse para los elementos que requieren mayor capacidad resistente, mientras que la termoarcilla se utiliza en cerramientos no portantes o en zonas donde se prioriza el aislamiento. Esta estrategia mixta permite optimizar tanto la estabilidad estructural como la eficiencia energética del edificio, logrando una solución equilibrada entre robustez y confort.

Comparativa: Termoarcilla vs bloques de hormigón

La termoarcilla y los bloques de hormigón presentan diferencias notables en cuanto al aislamiento térmico y acústico. La termoarcilla destaca por su elevado aislamiento térmico, lo que elimina la necesidad de incorporar capas adicionales, mientras que los bloques de hormigón ofrecen un aislamiento térmico bajo, lo que obliga a incluir soluciones complementarias. En cuanto al aislamiento acústico, la termoarcilla ofrece un buen desempeño, mientras que los bloques de hormigón proporcionan un aislamiento moderado, que en muchos casos requiere refuerzos.

Desde el punto de vista estructural, ambos materiales son adecuados para la edificación, aunque con distintos matices. La termoarcilla tiene una resistencia estructural suficiente para viviendas y oficinas, mientras que los bloques de hormigón, al ser más robustos, resultan especialmente aptos para soportar cargas pesadas, lo que los convierte en una opción idónea en estructuras más exigentes. No obstante, esta ventaja estructural va acompañada de un mayor peso, lo que puede dificultar su manipulación y transporte.

En términos de sostenibilidad y facilidad de montaje, la termoarcilla también presenta ventajas. Está fabricada con materiales naturales, lo que le otorga una menor huella ambiental frente a los bloques de hormigón, cuya producción implica un mayor impacto ambiental. Además, la ligereza de la termoarcilla facilita su colocación, especialmente en versiones con bloques rectificados, mientras que los bloques de hormigón, más pesados y toscos, requieren mayor esfuerzo y medios auxiliares en su manipulación.

Aplicaciones habituales de la termoarcilla

La versatilidad de la termoarcilla permite emplearla en múltiples elementos constructivos, tanto en obra nueva como en rehabilitación:

Muros de carga: Gracias a su resistencia, es idónea para levantar paredes portantes en edificios residenciales o terciarios.

Tabiques interiores: Mejora la acústica entre estancias y favorece el confort térmico.

Fachadas ventiladas: Su uso como soporte mejora la eficiencia del sistema y contribuye al control de la humedad.

Cerramientos exteriores: Proporcionan protección frente a condiciones climáticas extremas.

Construcción sostenible: Ideal para edificios que buscan certificaciones ambientales o que requieren alta eficiencia energética.

Usos innovadores y tendencias actuales

La termoarcilla está ganando protagonismo en la construcción de edificios de consumo energético casi nulo (nZEB), gracias a su capacidad para mantener temperaturas interiores constantes. Además, algunos fabricantes están desarrollando bloques personalizados para proyectos específicos, adaptados a zonas climáticas concretas o con mayores requisitos estructurales.

Estas innovaciones están ampliando el abanico de posibilidades de este material, haciéndolo aún más interesante para arquitectos, promotores y constructores que buscan soluciones sostenibles y de alto rendimiento.

Espero que esta información te haya sido útil, y te animo a seguir atento, ya que cada tanto publicaré un nuevo artículo con temas relacionados que podrían ser de tu interés. Si tienes alguna duda puedes dejarme un comentario.

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