Esto no va de que la IA te haga el trabajo. Va de que puedas trabajar mejor. Que las tareas repetitivas se hagan más rápido. Que las dudas normativas se resuelvan en segundos. Que tengas una base para construir tus propias soluciones.
La clave está en saber cómo preguntar, cómo dar el contexto necesario y cómo revisar críticamente lo que obtienes. Si haces buenas consultas, obtendrás muy buenas respuestas. Y eso, al final, te permite centrarte en lo que más valor tiene: diseñar, coordinar, optimizar.
La IA ya está aquí. Y cuanto antes la integremos en nuestra forma de trabajar, mejor preparados estaremos para una profesión que no deja de evolucionar.