La orientación de una vivienda es un factor clave que influye en el confort, la eficiencia energética y el valor del inmueble. A menudo subestimada frente a otros aspectos como la ubicación o el precio, esta característica determina la cantidad de luz natural y calor que recibe cada estancia, afectando directamente al bienestar de sus habitantes y al consumo energético. Cada orientación ofrece ventajas específicas dependiendo del clima local y la distribución de la casa, por lo que comprender sus implicaciones es fundamental para tomar decisiones informadas al construir, reformar o comprar una vivienda. Además, la correcta orientación no solo mejora la calidad de vida al optimizar la iluminación y la ventilación natural, sino que también puede traducirse en un importante ahorro energético a largo plazo.