En la reforma parcial de una vivienda unifamiliar es fundamental evaluar el alcance de las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE), en particular los Documentos Básicos HE0 (Limitación del consumo energético) y HE1 (Condiciones para el control de la demanda energética). Estas normativas establecen los requisitos que deben cumplir las edificaciones para garantizar su eficiencia energética, minimizando el consumo y optimizando el confort térmico interior. La aplicación de estas exigencias en intervenciones de rehabilitación depende del alcance y naturaleza de las actuaciones previstas. En este caso, la reforma incluye la mejora térmica de la fachada mediante la incorporación de un trasdosado interior con aislamiento, así como la renovación parcial de un forjado. No se contemplan modificaciones en la cubierta ni en las carpinterías exteriores, lo que influye en el nivel de justificación normativa requerido. Dado que la rehabilitación energética de edificios existentes está sujeta a criterios específicos en función del grado de intervención, es imprescindible analizar cómo estos cambios afectan al comportamiento térmico global de la vivienda y qué obligaciones normativas derivan de ello. Además, la metodología de cálculo y justificación debe adaptarse a las características de la reforma para cumplir con la normativa vigente sin incurrir en sobrecostes innecesarios ni en soluciones desproporcionadas. Determinación del Porcentaje de Intervención El primer paso es calcular qué porcentaje de la envolvente térmica total se ve afectado por la reforma. La La envolvente térmica de un edificio está compuesta por todos aquellos elementos constructivos que delimitan los espacios habitables y que separan el interior del exterior o de zonas no acondicionadas. Su función principal es controlar el intercambio de calor entre el interior y el entorno, garantizando un adecuado confort térmico y reduciendo las pérdidas energéticas. Entre los elementos que conforman la envolvente térmica se encuentran las fachadas, incluyendo tanto los cerramientos opacos como los huecos acristalados. Estos últimos juegan un papel fundamental en el comportamiento energético del edificio, ya que influyen tanto en la entrada de radiación solar como en la transmisión de calor con el exterior. Las cubiertas también forman parte de la envolvente térmica, siendo un punto crítico en el control de la demanda energética. Su correcta ejecución y aislamiento resultan esenciales para minimizar las pérdidas de calor en invierno y evitar el sobrecalentamiento en verano. Otro elemento relevante son los suelos en contacto con el terreno o con espacios no habitables, como garajes o sótanos sin acondicionar. En estos casos, es necesario evaluar el aislamiento térmico para evitar la transmisión de frío desde el subsuelo y mejorar la eficiencia energética del conjunto. Las particiones interiores que separan zonas habitables de espacios no acondicionados también deben considerarse dentro de la envolvente térmica. Estas pueden incluir muros que delimitan con garajes, trasteros o patios interiores no climatizados, siendo clave su correcto aislamiento para evitar pérdidas energéticas. En el caso de edificaciones adosadas, las medianeras que separan viviendas contiguas pueden desempeñar un papel relevante en la envolvente térmica, especialmente si hay diferencias en las condiciones de climatización entre los inmuebles colindantes. Para este caso concreto, el cálculo energético se centra en la superficie de la fachada trasdosada y en la parte del forjado renovado. Estos elementos se analizan en relación con la superficie total de la envolvente térmica para determinar su impacto en el comportamiento energético global de la vivienda y evaluar el grado de cumplimiento de las exigencias normativas. Aplicabilidad del DB-HE1 según el Porcentaje de Intervención Intervención Inferior al 25% Cuando la intervención afecta a menos del 25% de la envolvente térmica, la exigencia principal del Documento Básico HE1 (Condiciones para el control de la demanda energética) se centra en garantizar que los elementos modificados cumplan con los valores límite de transmitancia térmica establecidos en la normativa vigente. En primer lugar, es imprescindible verificar que la transmitancia térmica de los elementos intervenidos no supere los valores Ulim especificados en la tabla 3.1.1.a del DB-HE1. Esta tabla establece los valores máximos permitidos en función de la zona climática y del tipo de elemento constructivo, asegurando que las mejoras introducidas en la rehabilitación contribuyan a la eficiencia energética del edificio sin generar descompensaciones térmicas. Si la intervención incluye la modificación de huecos, como ventanas o puertas exteriores, se debe justificar el cumplimiento de los valores de permeabilidad al aire (Q100). Este parámetro es crucial para minimizar infiltraciones no deseadas que podrían afectar negativamente al comportamiento térmico de la envolvente y aumentar las pérdidas energéticas. Además, en los casos en los que se actúe sobre particiones interiores en contacto con espacios no acondicionados, se debe justificar que su transmitancia térmica cumple con los valores establecidos en la tabla 3.2 del DB-HE1. Este requisito busca limitar las pérdidas energéticas a través de elementos que separan zonas climatizadas de otras que no lo están, como garajes, trasteros o patios interiores sin calefacción. En el contexto específico de esta intervención, donde la actuación se limita a la mejora térmica de la fachada mediante un trasdosado interior con aislamiento y la renovación parcial de un forjado, la única exigencia a justificar es el cumplimiento de los valores Ulim para estos elementos. No es necesario realizar el cálculo del coeficiente global de transmisión de calor (Klim) ni evaluar el control solar, ya que estos requisitos solo son obligatorios cuando la intervención supera el 25% de la envolvente térmica. Intervención Superior al 25% Cuando la intervención afecta a más del 25% de la envolvente térmica, el nivel de exigencia del Documento Básico HE1 se incrementa significativamente, ya que se considera que la actuación puede influir de manera relevante en el comportamiento energético global del edificio. En este escenario, es obligatorio justificar que todos los elementos de la envolvente cumplen con la transmitancia térmica límite (Ulim) establecida en la tabla 3.1.1.a del DB-HE1. Esto implica evaluar no solo los componentes directamente modificados, sino también aquellos que permanecen sin cambios, lo que puede suponer un desafío si alguno de ellos presenta un rendimiento térmico deficiente. Además, se debe calcular el coeficiente global de transmisión de calor (Klim), que
Modificación de la envolvente térmica: Definición y alcance!
La modificación de la envolvente térmica se considera cuando se altera de forma significativa el comportamiento térmico de sus elementos. En resumen:
Intervención inferior al 25%: No se incluye en el cálculo de HE0 y HE1.
Intervención del 25% o superior: Se considera modificada y debe incorporarse en dichos cálculos.