Carlos Pallas Rodríguez | Arquitecto

Experiencia, Responsabilidad, Profesionalidad & Colaboración

Rehabilitación de Pilares: Un Catálogo de Actuaciones!

La degradación estructural de pilares constituye una de las patologías críticas más recurrentes en edificación, con implicaciones directas en la seguridad, estabilidad y vida útil de las estructuras. Este artículo establece un protocolo técnico sistematizado para la rehabilitación de pilares afectados, abordando la diversidad de patologías identificables en campo: desde microfisuras no estructurales (≤ 0.2 mm) hasta lesiones severas que comprometen la capacidad portante residual, tales como pérdida de sección transversal por carbonatación del hormigón o corrosión avanzada de armaduras.

Mediante un enfoque basado en el diagnóstico patológico, que integra evaluación visual, ensayos no destructivos y análisis estructural, se definen estrategias de intervención diferenciadas. Para casos con armaduras activas corroídas y reducción de capacidad portante > 20%, se propone el refuerzo estructural con composites FRP o encamisados de hormigón armado. En daños superficiales con armadura pasiva intacta, se priorizan técnicas de reparación local con morteros tixotrópicos de módulo elástico compatible.

Esta metodología, garantiza no solo la recuperación funcional del elemento, sino también la durabilidad a largo plazo frente a agentes ambientales. El documento sirve como referencia para la toma de decisiones en fase de proyecto y ejecución, optimizando recursos y minimizando intervenciones invasivas.

Diagnóstico y Evaluación Inicial

La intervención en pilares exige un diagnóstico tripartito: evaluación inicial (registro de fisuras y descarbonatación controlada), preparación del sustrato (picado selectivo y limpieza de armaduras) y diagnóstico diferencial (clasificación por capacidad residual). Este protocolo, validado por el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (CSIC), permite discriminar entre reparaciones locales (inyección de fisuras ≤ 0.3 mm con resinas epoxi de baja viscosidad) y refuerzos estructurales (encamisados con HRFA de 40 MPa para recuperar ≥ 90% capacidad portante). La integración de umbrales cuantificables (pH, pérdida de sección) y técnicas normalizadas asegura intervenciones costo-eficientes y duraderas.

Estos son los pasos a seguir:

  1. Inspección visual y en obra: Identificar zonas con desprendimientos, fisuras o grietas, y determinar la extensión de la afectación.
  2. Limpieza y repicado: Se elimina cualquier revestimiento, empresillado o pintura deteriorada. Se repica el hormigón hasta alcanzar una superficie limpia que permita una buena unión con el nuevo material.
  3. Evaluación de la armadura: Mediante la eliminación del recubrimiento superficial y el tratamiento antioxidante (por ejemplo, con métodos físicos o químicos), se determina si la barra conserva su sección útil o si presenta pérdida (sección reducida o laminación).

Escenario A: Armadura con pérdida de sección o laminada

En casos de pérdida de sección o laminación de la armadura, la capacidad portante del pilar se ve comprometida, requiriendo intervenciones de refuerzo estructural avanzadas. El proceso comienza con la instalación de un sistema de apeo temporal, seguido de la eliminación de elementos deteriorados mediante picado controlado. Tras la limpieza mecánica de la armadura, se aplican inhibidores de corrosión migratorios (MASTERPROTECT 8000 CI, FERROPROTEC IMPREGNACIÓN) para detener el avance de la oxidación.

Posteriormente, se fijan conectores anclados con resinas epoxi y se instala una nueva armadura perimetral (barras verticales ø ≥ 16 mm, cercos ø ≥ 8 mm), anclada a elementos adyacentes. El recrecido se realiza con hormigón de refuerzo (H-30) y mortero tixotrópico en zonas críticas, finalizando con la aplicación de una pintura protectora anti-carbonatación (espesor ≥ 150 μm). Este protocolo garantiza la recuperación de la capacidad portante y la durabilidad a largo plazo del pilar rehabilitado.

Te digo los pasos a seguir:

1. Medidas de Seguridad y Apoyo

  • Apeo y apuntalamiento: Mantener un sistema de apeo en el entorno del pilar, valorado y retirado por el equipo técnico conforme avance la ejecución.

2. Eliminación y Preparación

  • Eliminación de partes sueltas: Retirar el empresillado y los revestimientos deteriorados.
  • Repicado: Limpiar la superficie de hormigón y exponer la armadura mediante repicado hasta la profundidad necesaria.
  • Tratamiento de la armadura: Aplicar un tratamiento antioxidante para eliminar restos de óxido y las partes sueltas.

3. Pasivado y Protección

  • Aplicación de agente migratorio inhibidor de corrosión: Se recomienda utilizar productos como MASTERPROTECT 8000 CI (BASF) o FERROPROTEC IMPREGNACION (TEAIS), que penetran por capilaridad para proteger la armadura.

4. Reparación y Refuerzo

  • Formación de una nueva envolvente perimetral:
    • Se procede a la realización de taladros en el pilar para la colocación de conectores, utilizando resinas epoxi que garanticen un puente de unión eficaz entre el hormigón original y el recrecido.
    • Armado del refuerzo: Se instala un nuevo armado perimetral (barras verticales y cercos) que se ancla, en lo posible, a elementos estructurales existentes (como vigas) para asegurar la transmisión de cargas.
  • Encofrado y hormigonado:
    • Se dispone un encofrado que abarque desde la base hasta el tope del pilar o hasta la cara inferior de la viga, con separadores para mantener los recubrimientos normativos.
    • Se vierte un hormigón de refuerzo controlado (mínimo 30 N/mm²), inyectándolo de abajo hacia arriba mediante boquillas o inyectores para asegurar un relleno uniforme.
    • La zona superior no alcanzada se retaca con un mortero tixotrópico de alta resistencia.

5. Protección Final

  • Revestimiento superficial: Se aplica una pintura tixotrópica protectora (por ejemplo, SIKAGARD®-670 W ELASTOCOLOR de SIKA) para evitar la carbonatación y futuros daños.

Escenario B: Armadura en estado aceptable

Cuando la armadura se encuentra en condiciones aceptables, la rehabilitación se centra en la reparación del hormigón deteriorado y la protección de la armadura. El proceso comienza con la eliminación de revestimientos y elementos sueltos, seguido de un picado controlado para exponer el hormigón sano y lograr una superficie rugosa (≥ 3 mm). Tras la limpieza mecánica de la armadura, se aplica un inhibidor de corrosión (SIKA FERROGARD 903, BASF MASTERPROTECT 8000 CI) para detener el avance de la oxidación.

La reparación se realiza con un mortero tixotrópico de baja retracción (clase R4, resistencia ≥ 30 MPa), aplicado sobre un puente de adherencia (SIKA TOP-50, EOPAIS 10) que optimiza la unión entre el hormigón existente y el nuevo material. En casos de laminación localizada, se puede optar por el reemplazo parcial de la barra o la suplementación con una barra paralela, soldada en puntos estratégicos (separación ≤ 30 cm). Este protocolo garantiza la recuperación funcional y la durabilidad a largo plazo del pilar rehabilitado.

Te comento los pasos a seguir:

1. Medidas Iniciales

  • Apeo y eliminación de recubrimientos: Al igual que en el escenario anterior, se retiran las partes sueltas y deterioradas, y se realiza un repicado adecuado en el hormigón.

2. Evaluación y Tratamiento

  • Valoración de la sección de la armadura:
    • Se limpia la armadura (por ejemplo, con cepillos metálicos) y se repica el hormigón a lo largo de la zona afectada para evaluar la sección útil, lo que permite determinar la capacidad de agarre para el mortero de reparación.
  • Pasivado: Se aplica el agente inhibidor de corrosión (utilizando los mismos productos recomendados) para garantizar la protección del acero.

3. Reparación Mediante Mortero

  • Aplicación de mortero de reparación estructural:
    • Se emplea un mortero tixotrópico de baja retracción (por ejemplo, MONOTOP-412 S de SIKA o MORIS de TEAIS) que restituya la capacidad estructural.
    • Si se requiere mejorar la adherencia, se puede aplicar un puente de unión previo, recomendando productos como SIKA TOP-50 o EOPAIS 10.

4. Opciones de Refuerzo Localizado . En casos donde se identifique que la armadura presenta zonas laminadas en segmentos puntuales (por ejemplo, en un pilar con daño localizado en una esquina), se valoran dos alternativas:

  • Reemplazo del tramo afectado: Cortar la parte deteriorada y soldar una nueva armadura en ambos extremos.
  • Suplementación de la armadura: Colocar una barra paralela a la existente y soldarla en varios puntos para complementar la capacidad portante.

Escenario C: Patología Superficial (Fisuras y Grietas)

En casos de fisuras superficiales (apertura ≤ 0.2 mm), la intervención se limita a la reparación estética y preventiva. Tras la limpieza de la zona afectada, se aplica un mortero de relleno de baja retracción (SIKADUR-42, MAPEFILL FC) que restaura el acabado original y sella la fisura de manera eficaz.

Para grietas estructurales (apertura > 0.3 mm), se recomienda la colocación de grapas metálicas (acero galvanizado, espesor ≥ 4 mm) distribuidas a razón de 3 unidades por metro lineal, ancladas con morteros tixotrópicos de alta resistencia (≥ 30 MPa). En zonas críticas, se emplean resinas epoxi de consistencia pastosa (viscosidad ≤ 500 cP) para garantizar una unión duradera y la recuperación de la capacidad portante. Este protocolo asegura intervenciones mínimamente invasivas, eficaces y duraderas.

Resumimos los pasos a seguir:

1. Diferenciación entre Fisuras y Grietas

  • Fisuras: Afectan únicamente al acabado superficial del elemento.
  • Grietas: Son roturas sin patrón concreto que pueden comprometer una zona mayor y, en función de su profundidad, requerir refuerzo.

2. Actuaciones Recomendadas

  • En caso de fisuras:
    • Se limpia la zona afectada y se aplica un mortero de relleno de baja retracción, procurando restituir el acabado y sellar la fisura.
  • En caso de grietas:
    • Si se constata que la grieta compromete la integridad, se emplean grapas metálicas (de hierro galvanizado) colocadas a lo largo de la grieta (aproximadamente tres por metro lineal) con morteros de reparación tixotrópicos.
    • Para grietas que afecten la zona estructural del pilar, se recomienda la utilización de resinas epoxi de consistencia pastosa para garantizar una unión duradera entre el hormigón y las grapas.

Conclusión

La elección de la intervención adecuada para la rehabilitación de pilares depende fundamentalmente del estado del hormigón y de la armadura. Esta documento ha sido elaborado para ofrecer una guía adaptable que abarca desde intervenciones mínimas en casos de fisuras superficiales hasta soluciones complejas de recrecimiento y refuerzo en situaciones de pérdida de sección de la armadura. La correcta aplicación de estos procedimientos, siempre bajo la supervisión de la Dirección Facultativa y conforme a la normativa vigente, garantiza no solo la restauración de la capacidad portante del pilar, sino también la seguridad y durabilidad a largo plazo de la estructura. Con esta guía, los profesionales del sector contarán con un recurso técnico que facilita la toma de decisiones y la planificación de actuaciones en función de la patología detectada, asegurando así un enfoque integral y eficiente en la rehabilitación de pilares.

Si necesitas asesoramiento, no dudes en llamarme o escribirme. Cuéntame tu problema y lo analizaremos juntos de manera profesional.

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