El concepto de «Passivhaus», o casa pasiva en castellano antiguo, se presenta como uno de los estándares más avanzados en eficiencia energética, o al menos, es la imagen que nos quieren vender. Quiero dejar claro desde el principio que, en mi opinión, cualquier vivienda podría ser una Passivhaus si se invierte un poco más en aislamiento y energía. No es el simple hecho de tener una etiqueta lo que la hace exclusiva. El CTE llegó para mejorar energéticamente la vivienda, y en cada actualización se endurece más. Básicamente, la casa pasiva es pisar el acelerador más que el CTE. Como veremos en este articulo es avanzar un punto más en cada aspecto energético de proyecto que cumpla la normativa actual, con el único problema del coste inicial porque a largo plazo la inversión produce un ahorro.
Este modelo, desarrollado en Alemania, se basa en principios de diseño que minimizan las necesidades energéticas de una vivienda hasta niveles casi nulos. Las Passivhaus se caracterizan por:
Excelente Aislamiento Térmico: Utilizan espesores de aislamiento superiores a los de la construcción tradicional, eliminando por completo los puentes térmicos.
Ventilación Mecánica con Recuperación de Calor: Garantiza un aire interior de calidad sin necesidad de abrir las ventanas.
Hermeticidad: Las viviendas están selladas para evitar infiltraciones de aire no controladas.
Aprovechamiento de Energía Solar: Gracias a una orientación adecuada y ventanas de alta eficiencia.
El coste inicial de una vivienda Passivhaus suele ser entre un 5% y un 10% superior al de una construcción tradicional. Sin embargo, este sobrecoste se recupera en pocos años gracias al ahorro energético. Las viviendas pasivas son edificios que se diseñan y construyen siguiendo el estándar de eficiencia energética más estricto a nivel mundial. Este concepto se originó en Alemania en los años 90 por los arquitectos y expertos en energía Wolfgang Feist y Bo Adamson. Su propósito es maximizar la eficiencia energética y minimizar el consumo de energía para calefacción y refrigeración, lo que resulta en una casa extremadamente cómoda, saludable y con un bajo impacto ambiental.
El término «Passivhaus» proviene del alemán y se traduce como «Casa Pasiva». Se refiere a un estándar de construcción que optimiza el uso de la energía pasiva (fuentes de energía natural como el sol, la ventilación y la masa térmica) para mantener el interior de la vivienda confortable durante todo el año, sin necesidad de sistemas de calefacción o refrigeración convencionales.
Diferencias entre una vivienda Passivhaus y una vivienda tradicional
Pero entonces, ¿Qué diferencia hay entre una vivienda considerada pasiva de la que no lo es? . Las principales diferencias están en el enfoque hacia la eficiencia energética y el uso de recursos. Algunas de las diferencias clave son:
Aislamiento y hermeticidad: Las casas pasivas cuentan con un aislamiento térmico de alta calidad y una envolvente extremadamente hermética (mínima infiltración de aire). Esto se logra mediante la utilización de ventanas de triple acristalamiento y puertas de alta calidad, entre otros elementos. En contraste, las viviendas tradicionales pueden no tener un aislamiento tan robusto, lo que provoca pérdidas de energía.
Consumo energético: Las viviendas pasivas están diseñadas para consumir una cantidad mínima de energía, principalmente solo para el uso de electrodomésticos y para ventilación mecánica controlada. En una vivienda tradicional, el consumo energético suele ser mucho mayor debido a sistemas de calefacción, refrigeración y ventilación menos eficientes.
Ventilación: Las casas pasivas cuentan con un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) con recuperación de calor. Este sistema asegura una renovación constante del aire sin perder calor, lo que optimiza la eficiencia energética. Las viviendas tradicionales, en cambio, suelen depender de la ventilación natural, que puede no ser tan eficiente, aunque desde el 2019 puedo decir que por experiencia ya no es así.
Estabilidad térmica: Las viviendas pasivas mantienen una temperatura constante y cómoda a lo largo del año sin la necesidad de calefacción o refrigeración adicionales. Las viviendas tradicionales, por lo general, pueden experimentar fluctuaciones de temperatura, lo que requiere el uso de sistemas de calefacción o aire acondicionado.
Requisitos para que una vivienda sea considerada Passivhaus
Para que una vivienda sea considerada Passivhaus, debe cumplir con ciertos criterios muy estrictos establecidos por el estándar internacional Passivhaus Institut. Algunos de los requisitos clave son:
Demanda de calefacción: La vivienda debe consumir menos de 15 kWh de energía por metro cuadrado al año para calefacción.
Consumo de energía primaria: La vivienda debe tener un consumo total de energía primaria inferior a 120 kWh/m² al año, lo que incluye tanto la energía para calefacción como la energía para electricidad y otros usos.
Aislamiento de la envolvente: La vivienda debe contar con un aislamiento que minimice las pérdidas térmicas, con un valor U (coeficiente de transmisión térmica) bajo.
Ventilación mecánica con recuperación de calor (VMC): Un sistema de ventilación que no solo asegura la calidad del aire interior, sino que también recupera el calor del aire que se extrae para calentar el aire fresco que entra.
Hermeticidad: Se debe realizar una prueba de hermeticidad para asegurarse de que no haya fugas de aire en la envolvente del edificio.
El aspecto económico de las viviendas Passivhaus
Aunque las viviendas pasivas requieren una inversión inicial más alta que las viviendas tradicionales, principalmente debido a los materiales de alta calidad, el diseño eficiente y la instalación de sistemas de ventilación y aislamiento, los beneficios a largo plazo en términos de ahorro energético son significativos:
Ahorro en costes de energía: Las viviendas pasivas consumen una cantidad muy baja de energía para calefacción y refrigeración. Esto puede reducir hasta en un 90% las facturas de energía en comparación con viviendas tradicionales, lo que representa un ahorro importante a lo largo de los años.
Durabilidad y valor de la propiedad: Una vivienda pasiva bien construida tiene una alta durabilidad y es más resistente al desgaste, lo que puede aumentar su valor en el mercado. Además, su eficiencia energética puede hacerla más atractiva para compradores interesados en viviendas sostenibles.
Subvenciones y beneficios fiscales: En muchos países, existen incentivos gubernamentales, como subvenciones o deducciones fiscales, para fomentar la construcción de viviendas sostenibles y de bajo consumo energético, lo que puede ayudar a compensar el coste inicial adicional.
Valor social y ambiental: Si bien el coste inicial es mayor, una vivienda pasiva puede ofrecer un impacto positivo en el medio ambiente al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero debido a su baja demanda energética. Además, al ser un hogar más saludable y confortable, puede mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
1. Coste de aislamiento de una vivienda Passivhaus:
El coste de hacer el aislamiento de una vivienda Passivhaus depende de varios factores, como el tamaño de la vivienda, el tipo de materiales usados y la ubicación. Sin embargo, en términos generales, el aislamiento de una vivienda Passivhaus suele ser más caro debido a los materiales de alta calidad y a los estándares más estrictos en cuanto a la eficiencia energética.
Aislamiento térmico: Para cumplir con los requisitos de Passivhaus, el aislamiento debe ser más grueso y efectivo, lo que aumenta el costo en comparación con una vivienda convencional. Esto implica el uso de materiales de aislamiento de alto rendimiento, como poliuretano, poliestireno extruido o lana mineral, y con una atención especial a las juntas y sellado de la envolvente del edificio.
Ventanas y puertas de alto rendimiento: Además del aislamiento de las paredes, el Passivhaus requiere ventanas y puertas de triple acristalamiento, con un costo mucho mayor que las ventanas estándar de una vivienda tradicional.
Coste estimado: En promedio, el costo adicional por el aislamiento y las mejoras necesarias para cumplir con los estándares Passivhaus puede oscilar entre un 10% y un 30% más que el costo de una vivienda tradicional, dependiendo de la ubicación y la calidad de los materiales utilizados.
Costo de aislamiento de una vivienda tradicional:
El costo de aislar una vivienda tradicional es considerablemente más bajo porque no requiere el mismo nivel de rendimiento energético que una vivienda Passivhaus. El aislamiento en una vivienda convencional suele incluir materiales como lana de vidrio, poliestireno expandido o espuma de poliuretano, y se utiliza en menor cantidad en comparación con los requisitos Passivhaus.
Coste estimado: El coste de aislamiento para una vivienda tradicional puede ser aproximadamente un 40-60% más barato que el aislamiento de una vivienda Passivhaus. Las diferencias en el coste dependen de los materiales y el diseño, pero, en general, las viviendas tradicionales tienen una demanda energética mucho mayor, lo que reduce el costo de los materiales.
¿Se amortiza el coste adicional de una vivienda Passivhaus?
Sí, el costo adicional de una vivienda pasiva se amortiza con el tiempo gracias a los ahorros en consumo energético. Aunque el costo inicial de construcción puede ser mayor, los beneficios económicos a largo plazo son considerables. Estos son algunos puntos clave:
Ahorros en energía: Las viviendas pasivas requieren muy poca energía para calefacción y refrigeración, lo que puede reducir las facturas de energía hasta un 90% en comparación con una vivienda tradicional. Esto se debe a su excelente aislamiento, sistemas de ventilación controlada y diseño eficiente.
Durabilidad y bajo mantenimiento: Los materiales de alta calidad y los sistemas eficientes también pueden reducir los costos de mantenimiento a largo plazo. Además, al tener una mayor durabilidad y menor necesidad de reparaciones o ajustes a lo largo del tiempo, los propietarios pueden ahorrar dinero en el mantenimiento general.
Tiempo de amortización: La amortización del costo adicional de la construcción de una vivienda Passivhaus generalmente ocurre entre 7 y 15 años, dependiendo del precio de la energía, la ubicación y el tamaño de la vivienda. Este tiempo puede variar, pero en muchos casos, los ahorros en costos de energía a lo largo de los años justifican la inversión inicial.
En Europa, muchos países con climas fríos han adoptado el estándar Passivhaus debido a su alta eficiencia energética y confort térmico. En países como Alemania, Austria y los países nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca), donde las temperaturas invernales son bajas, el estándar Passivhaus ha ganado popularidad como solución para construir viviendas que no solo sean sostenibles y eficientes, sino que también ofrezcan un nivel de confort excelente incluso en condiciones climáticas extremas.
¿Pero estamos hablando de productos diferentes?
Sencillamente No. Cualquier vivienda puede obtener la etiqueta de «casa pasiva» si se invierte lo suficiente en eficiencia energética, alcanzando los estándares que la convierten en un verdadero «termo». Al final, se trata solo de una etiqueta. En España, las viviendas construidas según el CTE cumplen con unos estándares muy buenos, aunque siempre pueden mejorarse. La clave es la capacidad de la vivienda para mantener una temperatura confortable durante todo el año sin recurrir a sistemas de calefacción o refrigeración de alto consumo.
Para lograr una vivienda pasiva, es fundamental optimizar tres aspectos técnicos: el aislamiento térmico, la hermeticidad y la ventilación controlada. Primero, el aislamiento debe ser continuo y de alta calidad, cubriendo paredes, techos, suelos y ventanas, para reducir al máximo las pérdidas de calor en invierno y las ganancias en verano. La hermeticidad es igualmente crucial; se debe evitar cualquier tipo de infiltración de aire no deseado, que podría reducir la eficiencia del sistema. Para garantizar una buena calidad del aire sin perder energía, se utiliza un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperación de calor (VMC), que permite renovar el aire sin pérdidas térmicas.
Aunque estas inversiones iniciales en aislamiento y en equipos de climatización y ventilación pueden resultar costosas, son fácilmente rentables a largo plazo. No solo se reduce el gasto energético, sino que también mejora el confort interior y la durabilidad de la vivienda. El concepto clave es que una casa pasiva no depende de un sistema de calefacción tradicional para mantener una temperatura agradable, sino que su diseño eficiente asegura un entorno interior confortable de manera autónoma. Así, cualquier mejora en la eficiencia energética de nuestras viviendas, incluso a pequeña escala, puede contribuir de manera significativa a la sostenibilidad y al ahorro económico.
Espero que esta información te haya sido útil, y te animo a seguir atento, ya que cada día publicaré un nuevo artículo con temas relacionados que podrían ser de tu interés.