Carlos Pallas Rodríguez | Arquitecto

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Plano de Situación: la ubicación exacta de tu Proyecto!

El plano de situación es uno de los documentos gráficos fundamentales en cualquier proyecto de edificación. Funciona como la carta de presentación espacial de la vivienda unifamiliar que se pretende construir. En este artículo, te explicamos de forma clara todos los aspectos técnicos y prácticos que necesitas conocer para elaborar un plano de situación que cumpla con la normativa vigente y con las mejores prácticas profesionales.

Objetivo del plano

El principal objetivo del plano de situación es ubicar geográficamente el proyecto dentro de su contexto territorial, ya sea urbano o rural. Permite establecer la relación entre la parcela donde se construirá la vivienda y su entorno. Gracias a este plano, se puede identificar con precisión el lugar exacto de la actuación proyectada respecto a elementos clave del territorio.

Este plano está dirigido, principalmente, a los técnicos municipales que revisan la viabilidad urbanística del proyecto. Es una herramienta esencial para comprobar el cumplimiento normativo y la adecuación al planeamiento vigente. También es útil para la dirección facultativa, ya que ayuda a entender el contexto general, y para los propietarios, quienes pueden visualizar con claridad la ubicación de su futura vivienda.

Las decisiones técnicas que se apoyan en este plano incluyen la verificación de compatibilidad con la normativa urbanística, la identificación de posibles afecciones sectoriales (como carreteras, cauces o líneas eléctricas), la disponibilidad de servicios urbanos y la evaluación de condicionantes topográficos o ambientales.

Este plano es clave en la fase inicial del proyecto, ya que es uno de los primeros documentos que se elabora. Resulta imprescindible durante la tramitación administrativa, ya que permite a las autoridades localizar sin margen de error la actuación propuesta.

Normativa aplicable

La elaboración del plano de situación está regulada por diferentes normativas en España:

Código Técnico de la Edificación (CTE): En su Parte I, Anejo I, establece que el plano de situación es parte de la documentación mínima del proyecto. Aunque no detalla su contenido exacto, exige que permita identificar de forma clara la parcela.

Normativa municipal: Los Planes Generales de Ordenación Municipal (PGOM), Normas Subsidiarias y demás figuras de planeamiento suelen definir escalas, contenidos mínimos y referencias cartográficas que deben usarse.

Normativa autonómica: Las leyes del suelo de cada comunidad pueden incluir requisitos adicionales específicos sobre la documentación gráfica. El Siotuga es una excelente herramienta de trabajo para obtener la base gráfica del plano de situación.

Guías de colegios profesionales: Los colegios de arquitectos publican recomendaciones técnicas, sobre formatos y presentación de elementos gráficos.

Cartografía oficial: Las bases del Catastro o del Instituto Geográfico Nacional (IGN) son frecuentemente empleadas como referencia técnica y legal.

Contenido mínimo obligatorio

Todo plano de situación debe incluir, al menos, los siguientes elementos:

  • Representación clara de la parcela objeto del proyecto, diferenciada mediante color, trama o grosor de línea.
  • Referencia catastral de la parcela.
  • Entorno urbano o rural con elementos destacados como calles, zonas verdes, cursos de agua o edificaciones singulares.
  • Orientación geográfica, mediante un símbolo de norte (preferentemente geográfico).
  • Escala gráfica y numérica, adaptada al plano oficial (por ejemplo, 1:1000, 1:2000 o 1:5000).
  • Coordenadas geográficas o UTM, sobre todo en zonas rurales o cuando así lo exija la normativa local.
  • Límites administrativos relevantes (municipio, sectores de planeamiento, etc.).
  • Fuente cartográfica utilizada y fecha de actualización.
  • Título del plano («Plano de Situación»), nombre del proyecto, promotor, técnico redactor y ubicación.

Recomendaciones para una buena representación

Para lograr un plano de situación claro, profesional y fácil de entender, se aconseja lo siguiente:

  • Establecer una jerarquía gráfica que destaque la parcela y elementos principales con distintos grosores de línea.
  • Usar un código de colores sencillo. El rojo o magenta es ideal para destacar la parcela, mientras que el resto puede representarse en grises.
  • Simplificar la información del entorno, eliminando detalles innecesarios.
  • Asegurar coherencia gráfica con otros planos del proyecto, utilizando tipografías y símbolos uniformes.
  • Trabajar con capas diferenciadas en el software de CAD, facilitando ajustes posteriores.
  • Utilizar bases oficiales (catastro, cartografía municipal) como punto de partida, y actualizarlas si es necesario.
  • Presentar el plano en formato A3 o A2, con márgenes adecuados y cajetín completo.

Errores frecuentes y cómo evitarlos

Al elaborar el plano de situación, es común cometer ciertos errores que pueden perjudicar su utilidad:

  • Escala inadecuada: Una escala muy grande no mostrará suficiente contexto, y una muy pequeña puede dificultar la identificación de la parcela. Escoge la escala adecuada según el tipo de entorno.
  • Cartografía desactualizada: Usar planos antiguos puede causar errores. Consulta fuentes oficiales actualizadas y, si hace falta, complementa con visitas al terreno o imágenes aéreas recientes.
  • Falta de información esencial: Omitir datos como la referencia catastral, la escala o la orientación puede causar rechazos administrativos. Usa una lista de verificación.
  • Exceso de detalles: Incluir información innecesaria satura el plano. La clave está en jerarquizar y simplificar.
  • Descoordinación con el resto del proyecto: Asegura que los datos del plano coincidan con los de la memoria y otros documentos.
  • Omisión de afecciones sectoriales: No identificar zonas protegidas, servidumbres o elementos similares puede traer problemas en la tramitación. Estudia bien el entorno antes de elaborar el plano.

Ejemplo práctico

Un plano de situación bien hecho para una vivienda unifamiliar urbana puede presentarse en formato A3 apaisado, con la parcela centrada y destacada en rojo. Se debe utilizar una base catastral en tonos grises, sobre la cual se añaden los límites administrativos, calles, edificaciones y finalmente, la parcela del proyecto.

El símbolo de norte debe situarse en la parte superior derecha, y la escala gráfica en la parte inferior. En un margen (derecho o inferior), debe ir el cajetín con toda la información del proyecto: título, nombre, referencia catastral, promotor, técnico, fecha y número de plano.

El plano debe permitir reconocer calles, edificaciones cercanas, parques o cualquier otro elemento útil para la localización. La tipografía debe ser clara y jerarquizada, idealmente Arial o similar.

El resultado final debe ser un plano limpio y preciso, que cualquier persona pueda interpretar fácilmente, incluso si no conoce la zona.

Relación con otros planos

El plano de situación se complementa con otros documentos gráficos del proyecto:

  • Plano de emplazamiento: Muestra en detalle la parcela y sus elementos inmediatos (escalas 1:500 o 1:200). Mientras el de situación ofrece una visión general, el de emplazamiento se centra en la implantación concreta del proyecto.
  • Plano topográfico: Aporta la información altimétrica que no suele estar en el plano de situación.
  • Planos urbanísticos: Verifican la clasificación del suelo y deben ser coherentes con el plano de situación.
  • Planos de servicios: Permiten identificar redes de infraestructura como agua, electricidad o saneamiento.

Durante las distintas fases del proyecto, el plano de situación puede actualizarse con más detalles, pero su estructura básica se mantiene. También debe ser coherente con la memoria y con los documentos administrativos del expediente.

Checklist mínimo para el plano de situación

Antes de dar por terminado tu plano, asegúrate de incluir lo siguiente:

  1. Parcela claramente destacada y con límites definidos.
  2. Referencia catastral completa.
  3. Entorno suficiente para ubicar la parcela.
  4. Norte geográfico.
  5. Escala gráfica y numérica adecuada.
  6. Vías de acceso y calles identificadas.
  7. Edificaciones o hitos relevantes.
  8. Fuente cartográfica y fecha.
  9. Cajetín con título, proyecto, promotor, técnico, fecha.
  10. Formato adecuado.
  11. Diferenciación gráfica mediante colores y grosores.
  12. Coherencia con la memoria del proyecto.
  13. Afecciones sectoriales indicadas (si aplica).
  14. Límites administrativos representados.
  15. Compatibilidad con otros planos del proyecto.
  16. Textos legibles y ordenados.
  17. Información simplificada del entorno.
  18. Coordinación con el plano de emplazamiento.

Este checklist te ayudará a asegurar que tu plano de situación cumple con todos los requisitos técnicos y normativos, facilitando su interpretación por parte de técnicos municipales y otros agentes implicados en el proceso constructivo.

Espero que esta información te haya sido útil, y te animo a seguir atento, ya que cada tanto publicaré un nuevo artículo con temas relacionados que podrían ser de tu interés. Si tienes alguna duda puedes dejarme un comentario.

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