La inteligencia artificial (IA) ya no es solo un concepto futurista o exclusivo de sectores como la medicina o la automoción. En el día a día de quienes trabajamos en arquitectura y construcción, empieza a tomar un rol clave también en tareas tan concretas y repetitivas como las mediciones o la redacción de partidas. No estoy hablando de grandes flujos BIM ni de renderizados automáticos. Me refiero al trabajo del día a día: abrir una base de datos de precios, comparar partidas, crear nuevas, ajustar descripciones. En todo eso, la IA se está convirtiendo en una aliada que simplifica, acelera y mejora lo que hacemos.
¿Dónde entra la IA en nuestras mediciones?
A quienes también tenemos que redactar presupuestos, descompuestos y mediciones de nuestro proyecto, no hace falta que nos expliquen lo tedioso que puede ser buscar una partida concreta, adaptarla, asegurarnos de que cumple normativa, y encima que esté actualizada. Ahí es donde entra en juego la IA. No para hacerlo todo por nosotros, sino para trabajar como un asistente técnico que nos da propuestas, ideas, soluciones y referencias en segundos.
Para que se entienda mejor, dejo tres ejemplos muy prácticos que me encuentro habitualmente:
1. Simplificar una partida cuando los datos no son 100% claros
Imaginemos que abrimos una base de datos de precios (como el Generador de Precios) y encontramos una partida de pavimento continuo de resina epoxi que se ajusta más o menos a lo que necesitamos… pero tiene un montón de capas, referencias normativas y productos comerciales que no terminamos de controlar o que no aplican exactamente al proyecto.
En lugar de pasar una hora limpiando esa partida, preguntando a proveedores o buscando fichas técnicas, lo que hago es copiar esa partida y pedírsela a la IA “limpia”. Le indico:
“Quiero esta partida pero simplificada, sin referencias comerciales, con los elementos técnicos imprescindibles y solo lo que sé que se va a ejecutar.”
La respuesta es una versión más clara, ajustada a la realidad del proyecto, con una descripción más directa y sin adornos innecesarios. En minutos tengo una base sobre la que trabajar, y si necesito añadir detalles más adelante, puedo ir refinando.
2. Transformar una partida a partir de otra ya desarrollada
Esto es de lo más útil. Pongamos que ya tengo una partida desarrollada para un falso techo registrable metálico. Pero ahora necesito una para un techo continuo de yeso laminado, que es similar en términos de función, pero distinto en materiales, ejecución y unidades.
En vez de escribir desde cero, simplemente le paso a la IA la partida original y le pido:
“Transforma esto a un techo de placas de yeso laminado, manteniendo la estructura de la partida, cambiando los materiales, unidades y procesos.”
En segundos tengo una versión adaptada, con sus materiales (estructura metálica, placas, pastas de juntas), sus unidades (m²), criterios de medición y una descripción técnica bien redactada. Luego, solo me queda afinar según las condiciones del proyecto: si es una zona húmeda, si hay aislamiento, si lleva foseado, etc. Pero ya parto de una base que me ahorra muchísimo tiempo.
3. Crear una partida desde cero con unos pocos datos iniciales
A veces no tenemos ninguna partida de referencia y hay que arrancar desde cero. Por ejemplo, me pasó hace poco con una impermeabilización líquida sobre cubierta existente, pero con condiciones muy particulares (mucha pendiente, soporte irregular, acceso complicado).
Lo único que tenía eran estos datos:
- Soporte: hormigón antiguo
- Sistema: membrana líquida de poliuretano
- Zona: terraza transitable
- Pendiente superior al 10%
Le doy esa información a la IA y le digo:
“Genérame una partida de impermeabilización con membrana líquida en soporte de hormigón inclinado, para zona transitable. Incluye preparación de soporte, aplicación, protección final y unidades.”
La respuesta incluye todo: preparación mecánica, imprimación, aplicación de capas, árido de acabado, incluso mallas de refuerzo en zonas de dilatación. Me da criterios de medición, unidades (m²), y hasta un pequeño resumen técnico. Es una base perfecta que luego ajusto según el sistema específico que vaya a utilizar o las condiciones de obra.
¿Y qué más aporta?
Además de crear o adaptar partidas, la IA también responde de forma directa a preguntas técnicas y normativas. ¿Qué aislamiento cumple el DB-HE1 para una fachada ventilada en clima C? ¿Qué resistencia al fuego debe tener una tabiquería de separación entre viviendas? ¿Cuánto rinde un equipo de aplicación de membrana líquida por jornada? Todo eso lo puedes consultar como si tuvieras un técnico de apoyo disponible todo el día.
Y en cuanto a precios, te dan una estimación ajustada no solo al mercado, sino a cómo tú sueles trabajar: proveedores habituales, rendimientos propios, ubicación, etc.
Conclusión: una ayuda, no una sustitución
Esto no va de que la IA te haga el trabajo. Va de que puedas trabajar mejor. Que las tareas repetitivas se hagan más rápido. Que las dudas normativas se resuelvan en segundos. Que tengas una base para construir tus propias soluciones.
La clave está en saber cómo preguntar, cómo dar el contexto necesario y cómo revisar críticamente lo que obtienes. Si haces buenas consultas, obtendrás muy buenas respuestas. Y eso, al final, te permite centrarte en lo que más valor tiene: diseñar, coordinar, optimizar.
La IA ya está aquí. Y cuanto antes la integremos en nuestra forma de trabajar, mejor preparados estaremos para una profesión que no deja de evolucionar.
Espero que esta información te haya sido útil, y te animo a seguir atento, ya que cada tanto publicaré un nuevo artículo con temas relacionados que podrían ser de tu interés. Si tienes alguna duda puedes dejarme un comentario.
Deja una respuesta